Anna Gener es CEO de Savills Barcelona. Humanista, economista y enamorada de Barcelona. Empezó a trabajar como auditora financiera en Grant Thornton y KPMG. Abrió por primera vez la puerta del sector inmobiliario gracias a su pasión por el 22@. Siempre le ha gustado escribir y comunicar. Suya es la mirada de Artemisa que a mí, personalmente, me recuerda a la victoria de la autenticidad y de ser un mismo en una ciudad tan especial como Barcelona.
Son las 13h 45 de un día soleado de julio y empieza el Intermedia Confidencial con Anna Gener. La sala presidencial del H10 Art Gallery está llena a rebosar y hay tiempo para habla de los hubs, el talento y la creatividad de Barcelona, de los liderazgos del mundo no político, del urbanismo de Ildefons Cerdà, del The Beauty Effect de Richard Florida, de los puentes de diálogo entre el sector público y el privado o de las vocaciones de alto impacto.
Anna y yo nos conocemos desde hace muchos años. Cosas de la magia del periodismo y de Barcelona… Empezamos nuestra conversación con un par de aguas en un rincón sombreado de la terraza del hotel. Antes de acabar, le pregunto por un libro que le haya marcado y me responde Mirall trencat de Mercè Rodoreda. Todo un clásico de nuestra casa. Y es que tal como escribía Rodoreda, “hay gente que con un recuerdo, tiene para toda una vida”.
Definitivamente, yo también soy del club de lectores de la nostalgia de los recuerdos.
La primera piedra al 22@
Nacida en 1974, Anna Gener empezó a caminar por los pasillos del mundo universitario cuando Barcelona vivía la euforia olímpica. Se formó en Ciencias Económicas y Humanidades y vivió de primera mano la chispa del 22@.
-¿Por qué estudió Economía y Humanidades?
Siempre me ha gustado el mundo de la filosofía, la literatura y la historia. Mi vocación y mi pasión son las Humanidades. Sin embargo, estudié también Ciencias Económicas como una forma práctica de ganarme la vida y de ser más líquida en el mercado laboral. Se puede vivir intensamente una vida desde una perspectiva humanística, sin tener que dedicarte a ello. Es mi momento de placer, de conexión conmigo misma y me permite descubrir cosas personales y del mundo.
-¿Por qué se dedicó al sector inmobiliario?
No tenía ninguna vocación concreta cuando acabé Económicas. Fui auditora financiera durante seis años y esto me permitió orientarme y ver sectores diferentes. Todavía no tenía un camino marcado y me tocó auditar varias empresas inmobiliarias. Recuerdo especialmente la empresa promotora de la Torre Agbar (ahora es Torre Glòries) que me permitió descubrir un nuevo ámbito de desarrollo urbanístico e inmobiliario que se llama 22@.
“Aquello que realmente despertó mi vocación fue un barrio nuevo como el 22@ que tenía que construirse”
-La chispa del 22@.
Eran los 2000. Aquello que realmente despertó mi vocación fue un barrio nuevo por construir. Tanto es así que el 22@ fue mi puerta de entrada al inmobiliario. Había un ámbito industrial obsoleto que tenía que reconvertirse en oficinas. Todo el mundo piensa en la vivienda, pero yo entré en el sector inmobiliario de la mano de los usos no residenciales y de las oficinas al 22@. Empecé a trabajar en Aguirre Newman que ayudó al Ayuntamiento de Barcelona a conceptualizar los usos del 22@ y atraer empresas para que se instalaran.
La victoria de Artemisa
Artemisa es la diosa griega de la caza, los animales, la naturaleza, las mujeres o los bebés. Anna Gener estrenó en 2017 un blog titulado La mirada de Artemisa que explica entre bambalinas las virtudes, las miserias y los miedos del sector inmobiliario desde una perspectiva humanística.
-¿Cómo es la mirada de Artemisa?
Siempre me ha gustado escribir y de hecho, es un hábito que procuro hacer a menudo. Cuando tengo que prepararme una reunión o una intervención pública, prefiero redactarlo antes que hacer un powerpoint o unos bullet points. Tú sabes muy bien que cuando pones negro sobre blanco es cuando las ideas tienen realmente sentido y estructura, a la vez que aparecen las lagunas o los vacíos… Es una especie de confrontación.
-La escritura ilumina las palabras.
Es cuando escribes que ves si hay un valor o no. Tengo la vocación de escribir y tuve la suerte que un periodista del sector me propuso escribir entre bambalinas sobre la profesión y el inmobiliario.
“Cuando pones negro sobre blanco es cuando las ideas tienen realmente sentido y estructura, a la vez que aparecen las lagunas o los vacíos… Es una especie de confrontación”
-Y aceptó.
Tenía que explicar cosas que no tenían que ver con el mercado o el show off, sino con las virtudes, las miserias y los miedos de nuestra profesión. Me pareció muy seductor porque era una forma de acercarnos y que mucha gente se pusiera en nuestra piel. Me lancé de cabeza.
-Humanizar el inmobiliario.
Hice bastantes confesiones que en ningún caso me habría imaginado que haría. Primero me sentía en una especie de anonimato porque lo leía muy poca gente, pero después ya vi que tenía que ser más prudente. [Ríe]. Empecé a escribir para medios y quería aportar cosas que creía que podían tener interés más allá del nicho del sector inmobiliario, pero entonces también perdí un poco de frescura. Me encanta y no me da vergüenza enseñar mis interioridades a la hora de escribir porque me permite conectar con cualquier persona.
-“Tras más de dos décadas trabajando sin
Me emociona recordarlo.
-¿Alguna victoria memorable?
El mundo corporativo es encorsetado y adverso a los riesgos por definición. Nuestra matriz está en Londres y cotiza en bolsa así que somos muy cuidadosos con los mensajes que damos y como pueden afectar el valor de la acción. Vivimos en un mundo de mucho control que me habría podido asfixiar, pero siento que mostrarme como soy y poder trabajar de forma personal ha sido una victoria.
“Vivimos en un mundo corporativo encorsetado y de mucho control que me habría podido asfixiar, pero siento que mostrarme como soy y poder trabajar de forma personal ha sido una victoria”
-Ser auténtico es una gran victoria.
No sé demasiado bien como lo he conseguido hacer, pero he tenido el espacio y la confianza para hacerlo y se ha acabado visualizando que esto ha tenido un impacto positivo para nuestra organización. Llegar hasta aquí ha sido mágico y un trabajo de atreverse e ir haciendo durante muchos años. He modelado muchísimo mi silla hasta sentirme realmente cómoda en un entorno donde es complicado tener perfil propio.
-¿Alguna derrota para aprender?
Bastantes… Cada vez que se va alguien de nuestra organización que es una empresa de consultoría con mucha rotación. Cada año fichamos a mucha gente joven, pero es una derrota cada vez que se va alguien valioso y que podía ser un líder de futuro. Me habría encantado haberles podido abrir camino dentro de nuestra organización hasta el punto de quedarse con nosotros para desarrollar su talento.
El liderazgo es colectivo
Liderazgos hay de muchos tipos. Anna Gener reivindica y ejemplifica también los liderazgos empresariales, directivos y de la sociedad civil que promueven la generación de dinámicas en positivo. Hablamos, pues, del liderazgo colectivo.
-Qué tiene que tener una buena líder?
Sentirse parte de un equipo. El liderazgo del siglo XXI es colectivo y es capaz de valorar lo que aportan los otros. Tiene que ser muy flexible, estar atento a su alrededor y dar protagonismo al colectivo antes que al individuo. De hecho, no entiendo los liderazgos individuales.
-¿Cuál es la clave para una buena comunicación?
Quizás suena muy prosaico, pero la clave es hacerlo y volverlo a hacer muchas veces. Le tenemos que sacar misticismo porque la primera vez que haces una cosa quizás no sale especialmente bien. Quién quiera comunicar bien se tiene que exponer en público, disfrutarlo e ir mejorando. Comunicar es maravilloso porque es el poder de hacer llegar tu punto de vista.
“Comunicar es maravilloso porque es el poder de hacer llegar tu punto de vista”
-El poder de conectar, compartir y construir un relato colectivo.
Exacto. Y te tienes que creer lo que explicas, sino genera rechazo entre la gente.
La Barcelona metropolitana
30 años después de los Juegos Olímpicos de Barcelona, vivimos ahora el auge de los hubs en la capital catalana. Anna Gener hace una radiografía de la ciudad haciendo referencia a la salud, la computación científica, la industria farmacéutica, las empresas digitales y tecnológicas o los videojuegos, entre otros. A la vez, también reivindica la capacidad asociativa de la ciudad y la necesidad de saber aprovechar la región metropolitana y la colaboración publicoprivada.
-¿Cómo ve Barcelona?
Con mucho potencial. En todas las ciudades tenemos retos y riesgos muy importantes como los populismos. Sin embargo, Barcelona es una ciudad que tiene la fuerza de mucha gente que tiene ganas de hacerla todavía mejor y que se siente involucrada con su futuro. Soy muy optimista con la ciudad.
-Barcelona no puede vivir siempre del recuerdo de los Juegos Olímpicos. ¿Qué proyectos estratégicos necesita la ciudad?
El gran reto de la ciudad es la visión metropolitana y saberlo articular bien desde el Vallès, de Vilanova a Mataró. Articular bien quiere decir hacer políticas como único casco urbano. Por ejemplo, la movilidad que tendría que ser más unitaria y así ganaríamos más competitividad, la vivienda o una mejor distribución de las oportunidades que puede captar Barcelona para todo el territorio. Tenemos que pensar en el conjunto de Catalunya.
“El gran reto de Barcelona es la visión metropolitana y saber hacer políticas de movilidad o vivienda como único casco urbano. Sin diálogo y sin colaboración publicoprivada, no lo resolveremos”
-¿Nos falta más y mejor colaboración publicoprivada?
Se tienen que construir puentes de confianza y pensar en la resolución de problemas para la sociedad. Sin colaboración publicoprivada no resolveremos el problema de la vivienda, de la movilidad o de la sostenibilidad. Muchos emprendedores proponen soluciones que al final no se acogen dentro de la legislación o el plan de movilidad de la ciudad. El reto es que el sector público tenga un plan sobre cómo quiere que sea la movilidad en Barcelona y a partir de aquí ver qué encaje puede haber con las propuestas de los empresarios y de los emprendedores.
-Un plan y una visión.
Este es un gran reto para el sector público y el sector privado no dejará de innovar y sugerir cosas. Tenemos que ver como toda esta potencia de gente proponiendo e innovando puede ayudar a resolver los problemas de la sociedad. Para el sector público lo más fácil es decirle que no a un emprendedor porque regularlo es complicado. Esto solo lo resolveremos con diálogo y confianza. Hay mucho trabajo por hacer.
Ser sociedad civil
¿Ser o no ser sociedad civil? Esta ya no es la cuestión.
Al menos para una persona líder como Anna Gener que tiene un papel importante en instituciones como Pimec, Barcelona Global, la Cámara de Comercio de Barcelona, UPF-BSM, el Círculo Ecuestre, el Ateneo Barcelonès, la Fundación Museo Picasso, la Fundación Catalunya Cultura o El Periódico, entre otros.
-¿Qué papel tiene que tener la sociedad civil?
El tejido asociativo de Catalunya es muy rico y yo procuro participar porque quiero aportar y me aporta mucho. Insisto que este es un rasgo diferencial de nuestra ciudad que nos permite propulsarnos y estar conectados con otras personas de nuestra industria que también nos enriquecen. Yo quiero ser, participar y contribuir a esta tarea infinita que viene de generaciones anteriores y dónde también estaría bien que se involucraran las nuevas generaciones. Este es uno de los tejidos más grandes que tenemos.
-¿Un libro?
Mirall trencat de Mercè Rodoreda.
-¿Un rincón preferido de Barcelona?
El Frente Marítimo y la playa de Barcelona.
Aclaración para todos aquellos lectores que vean un paralelismo histórico en el juego de palabras del titular:
La victoria de Samotracia es una escultura de la escuela de Rodes que representa la victoria de Atena en forma de mujer con las alas desplegadas en la proa de un barco. Una obra de arte helenística impregnada de realismo, movimiento, belleza o técnica. Quizás algunos también recuerdan el manifiesto futurista que decía que “un automóvil es más bello que la victoria de Samotracia”, pero no olviden que el arte y la belleza también mueven el tiempo y el espacio de Barcelona.
Recuerdos para toda la vida.