InicioActualidadEditorial. Intermèdia y el legado de Martí Gómez y Antoni Negre

Editorial. Intermèdia y el legado de Martí Gómez y Antoni Negre

  • 02 Mar 2022
  • Opinión
per Toni Rodriguez Pujol
Volver

El pasado 22 del 2 del 2022 desaparecieron dos referentes éticos y sociales que han dejado huella en Barcelona, ​​pero también, y mucho, en Intermedia. Josep Martí Gómez fue un referente generacional del periodismo irreductible e independiente. Antoni Negre, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona entre 1991 y 2002, fue un hombre creativo, de consenso, no alineado y tremendamente independiente, que confió en nosotros a la hora de ganar, contra todo pronóstico las elecciones camerales de noviembre de 1990.

Ambos fueron un verso libre de la sociedad civil catalana y un ejemplo de profesionalidad y autoexigencia a la hora de fundar y hacer crecer Intermèdia Comunicació.

“Un periodista debe escribir siempre con el sombrero calado para no perder tiempo yendo a buscarlo y largarse a todo trapo cada vez que le quieran obligar a decir mentiras”, nos decía Martí Gómez aquellas tardes de nubes de humo azul de pipa y aromas de whisky en la redacción del viejo Correo Catalán. Como recuerda Teresa Artigas, Martí era un perfeccionista, un profesional consagrado que arrancaba del carro de la máquina de escribir tres o cuatro cuartillas amarillas de papel y las tiraba lejos, furioso, antes de dar por bueno el encabezamiento de su artículo diario.

Negre, reformador de la Cámara, impulsor de la nueva Fira de Barcelona, ​​creador, junto con Joan Gaspart, de Turisme de Barcelona, ​​melómano y mozartiano, alma creativa de la Fundación Enriqueta Villavecchia de ayuda a familias con niños enfermos de cáncer, era un trabajador infatigable, de pensamiento libre, defensor del sector público (“que no pertenece únicamente a la política”), resistía estoicamente las presiones de lobbies, partidos políticos, instituciones y otros actores contemporáneos. Se levantaba temprano, estudiaba los temas, los compartía con su círculo de confianza y una vez formado un criterio lo defendía a capa y espada ante quien fuera, en defensa, como solía decir, de los intereses generales del país.

Descansen en paz ambos (¿últimos?) versos libres de la sociedad civil barcelonesa.

Y el resto, que tengamos un feliz mes de marzo.