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Editorial. Santa María de Mar y la comunicación interna

  • 29 Jun 2018
  • Opinió
per Toni Rodriguez Pujol
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Explica Ildefonso Falcones que los bastaixos no cobraban por acarrear grandes piedras desde Montjuïc al Born para construir Santa María del Mar. Lo hacían una vez concluida su dura jornada de descargadores del puerto de Barcelona, ​​en honor a la Virgen de los  pescadores y tal vez para expiar algún pecado inconfesable. Entre ellos, había un par de amigos inseparables (eso ya no lo cuenta Falcones), pero uno siempre ponía mala cara y el otro siempre estaba contento. «¿Qué estáis haciendo?» les preguntó cierto día un marinero de Ribera. «Llevo piedras de un lado al otro”, respondió el de rostro macilento. «Estoy construyendo una Catedral», dijo el hombre feliz.

La motivación, sin duda, es el principal motor del éxito. Probablemente, sin bastaixos orgullosos de su labor, la Catedral de los pobres no habría podido hacer la competencia a la Catedral de los nobles, levantada en el actual Barri Gòtic. Sin orgullo de pertenencia, sin conciencia de equipo, no hay ninguna posibilidad de levantar una empresa.

Pero alguien se debe encargar de hacer partìcipe a toda la organización de cuál es el proyecto, quién lo debe desarrollar, jecte, cómo se debe proceder, por qué, cuándo y dónde: las seis «w» anglosajonas (what, who, how, why, when, where) de la comunicación, tanto externa como interna.

Lo que es evidente es que sin comunicación interna y sin participación, no hay proyecto.

Que disfruten de un buen mes de julio.