Nos encontramos en una situación en la que descarbonizar lo más rápidamente posible para conseguir controlar los efectos del cambio climático y el calentamiento del planeta. La reducción de costes de las energías renovables está impulsando un mercado competitivo, respecto al de los precios de generación convencional de la electricidad, de generación distribuida. Es decir, la generación eléctrica se transforma de un modelo centralizado a un modelo mayoritariamente distribuido que plantea nuevas oportunidades de desarrollo del mercado y unos retos añadidos en el sistema de transporte de energía eléctrica y especialmente en el de distribución.
En el informe “Condiciones de la red de distribución de electricidad para hacer posible la transición energética”, elaborado por la Comisión de Energía de los Ingenieros Industriales de Cataluña, constatan que “existe un desfase entre las necesidades a las que debe responder el sistema de distribución de energía eléctrica en un entorno de descarbonización de la economía y las funciones y la regulación técnica y económica que le otorga la legislación vigente”.
También advierten que “el acceso a la red de distribución de la nueva generación renovable es deficiente, puesto que no responde ni a las necesidades del mercado y ni a las de la generación”. Los nuevos requisitos son tan diferentes que hacen que “la concepción de la red unidireccional actual necesite una urgente innovación funcional y tecnológica”, transformando las redes de distribución en el principal facilitador para maximizar el despliegue de la generación renovable distribuida.
El presidente de la Comisión de Energía, Lluís Pinós, destaca que «Esn este nuevo paradigma energético, la red de distribución se convierte en un elemento fundamental para conectar la generación y el consumo. Un desarrollo insuficiente puede llegar a ser un obstáculo por la correcta implantación de la generación distribuida. Es necesario repensar la red, su regulación y la forma de operación, así como su retribución”.
Nuevas necesidades, nuevos servicios, nuevos clientes, nuevas tecnologías y nuevas infraestructuras
Los cambios que deben llevarse a cabo para transformar el sistema son muy profundos y “afectan al modelo retributivo, a la implantación de nuevas tecnologías y la digitalización de las redes, el almacenamiento y la gestión activa de la demanda, el marco en el que el distribuidor operará sus redes y cómo se integrará con la operación de todo el sistema que es responsabilidad de REE, en los procedimientos de conexión de la nueva generación y en la integración de los nuevos operadores de generación y redes”.
Nuevas necesidades, nuevos servicios, nuevos clientes y nuevas tecnologías abren la posibilidad a nuevas infraestructuras.
En el estudio se pone de manifiesto que “la red de distribución deberá soportar la integración de cuatro grandes elementos: las energías renovables, el autoconsumo, el almacenamiento de tamaño medio, los equipos eléctricos gestionables y la recarga de los vehículos eléctricos”. Y para dar respuesta a estas nuevas necesidades habrá que tener presentes los siguientes aspectos:
- “El marco retributivo actual y las señales económicas no son las adecuadas para garantizar la transformación necesaria del sistema” porque se requerirán elevadas inversiones en nueva red, infraestructuras por recarga rápida de vehículos y su digitalización y un adecuado seguimiento de las mismas.
- “Integración de un elevado volumen de generación renovable y de nueva demanda intermitente y no gestionable”, con la necesidad de nuevas acometidas y la recarga inteligente del vehículo eléctrico, especialmente en las zonas urbanas.
- “El proceso de acceso y conexión no es el adecuado. Hacen falta cambios fundamentados pasando de un modelo pasivo a uno activo y flexible”. Introduciendo el “nuevo trilema, conexión- monitorización- gestión”.
- “Planificación adecuada de la red de distribución coordinada con transporte y su seguimiento efectivo”.
- “Nuevos procedimientos de gestión activa inteligente”, con la introducción de mecanismos de flexibilidad del sistema, de la gestión activa para resolver las congestiones en la red derivada de la elevada concentración de nueva generación renovable y de nuevas aplicaciones de consumo de la red (climatización, vehículo eléctrico), que den una garantía adecuada de calidad de suministro.