Xavier Trias es un médico con alma de político. Es el segundo hijo de una familia con doce hermanos y el padre de una familia con cuatro hijos y seis nietos. Estudió en los Jesuitas de Sarrià y tiene temblor en sus manos desde los 18 años. En marzo de 2022 recibió un tratamiento con ultrasonidos que le ha permitido recuperar su control. «Ahora me entiendo la letra», explica el médico. La ciencia le ha cambiado la letra de su vida política que repasamos en esta conversación pausada en la Terraza del H10 Art Gallery poco antes de la comida Intermedia Confidencial.
Son las 13h 20 de un día con aviso de lluvia. Trias llega antes de la hora citada con corbata verde y gafas naranjas que nos recuerdan que es otoño. Todo el mundo le pregunta lo mismo pero él se muestra tranquilo y sereno ante las presiones implícitas en una gran decisión como la suya. ¿Volver o no volver? ¿Perder o ganar? Ésta es la cuestión. La experiencia de haber sido alcalde de Barcelona es un grado y también influye mucho. Nos sentamos en una mesa del patio interior del hotel situado en el corazón de Barcelona mientras Aina Rodríguez, Toni Rodríguez y Albert Ortas reciben a todos los invitados y repasan que la sala donde se celebrará el almuerzo esté en perfecto estado de revista. Pedimos un agua con gas y empezamos a hablar lejos del foco mediático sobre literatura y medicina.
La vida de Xavier Trias está marcada por un gran interés por la cultura y la música italiana. Ahora bien, su libro favorito es una obra de realismo mágico: Cien años de soledad, del escritor colombiano Gabriel García Márquez. También parece una buena metáfora de la soledad del líder político. Del pueblo ficticio de Macondo viajamos a la tierra real de Cataluña.
El libro preferido de Trias es ‘Cien años de soledad’, de Gabriel García Márquez. Una buena metáfora de la soledad del líder político
A Trias le gusta la medicina desde pequeño. Tenía dudas sobre qué estudiar y lo consultó con su amigo Francis Coll, hijo del médico Francisco Coll Colomé que un buen día reunió a los dos jóvenes amigos y les recomendó seguir caminos distintos. A Trias le aconsejó ser médico, a Coll hijo ser economista. “Entré en medicina pensando que haría psiquiatría y al cabo de un tiempo, me decanté por la pediatría porque me gustaba especialmente la atención con los niños.”
Trias fue director general del Instituto Catalán de la Salud (ICS), consejero de Sanidad y Seguridad Social y también consejero de presidencia de la Generalitat. Es uno de los grandes arquitectos del sistema sanitario de Cataluña, Vall d’Hebrón es su gran casa laboral y tiene muy claro que la salud es uno de los sectores que genera mayor actividad económica.
Desgraciadamente, el 29 de marzo de 2020 vivió la realidad sanitaria desde el lecho del hospital coincidiendo con la primera ola de la pandemia. Ingresó por cóvido en la planta 6 del Hospital Clínic y estuvo hasta 10 días. La recuperación fue buena, tal y como se esperaba.
De médico del Hospital Vall d’Hebrón a alcalde de la ciudad de Barcelona. Así fue la vida de Xavier Trias. No ganó las elecciones municipales de 2003 ni 2007, pero en la tercera va la vencida… Y fue alcalde entre 2011 y 2015. El resto ya es historia viva de esta ciudad… Y quién sabe, si en este caso también habrá una cuarta vez. Antes volvemos a los orígenes.
El orígen de la política
– ¿Por qué entró en política?
– Por casualidad. Cuando estaba en Vall d’Hebrón, un grupo de amigos decidimos hacernos de Convergència por el presidente Jordi Pujol. Teníamos admiración por su figura y su papel durante el Franquismo. Se produjeron unas elecciones sindicales en el hospital y nos presentamos. También fui de la primera junta democrática del Colegio de Médicos. El consejero Josep Laporte –a quien entonces Convergència hacía bastante la vida imposible- me llamó y me dijo que le ayudara con las transferencias. Más que entrar en política, entré en la gestión sanitaria y al cabo de un tiempo, sí que entré en política como director general y como consejero de Sanidad cuando Laporte dobló.
¿Quiénes son los referentes políticos de Trias? El conseller Laporte y el presidente Pujol. No hay sorpresas. “Más que referentes políticos han sido dos personas que me he querido mucho y al mismo tiempo, me he sentido muy querido por ellos. Les estaré siempre infinitamente agradecido”.
– Un buen recuerdo y un mal recuerdo como alcalde de Barcelona (2011-2015).
Disfruté mucho y casi todo son buenos recuerdos. Cogí al Ayuntamiento de Barcelona en una situación económica difícil y con un 22% de paro. Hicimos muchas cosas y salimos bien todos aquellos años. Sólo tengo un mal recuerdo del conflicto heredado de Can Vies que fue un problema. Muy complicado de gestionar y todavía dura…
La (in)dependencia
Elipsis temporal: De Can Vies 2014 pasamos al referéndum del 1 de Octubre de 2017.
– ¿Cómo recuerda el 1 de Octubre y qué ha quedado?
– Fue muy importante. El 1 de Octubre fue la culminación de un sueño y una reivindicación. El derecho a poder votar y decidir nuestro futuro. Luego vivimos una gran represión y lo que hemos vivido desde entonces ha sido una situación durísima. He tenido amigos en prisión. Gente de partidos que hoy están a favor del diálogo presionaron al presidente Carles Puigdemont para que hiciera la DUI. Debemos tener un gran respeto y un gran cariño a toda la gente que lo impulsó. Fue muy importante. No fue bien y al final no fue bueno. No podemos olvidar nuestros objetivos como país y como personas, pero ahora nuestra gran lucha es no ser dependientes o ser lo menos dependiente posible.
El 1 de Octubre fue la culminación de un sueño y una reivindicación. No podemos olvidar nuestros objetivos como país, pero ahora nuestra gran lucha es no ser dependientes
– Dependiente o independiente?
– Fui alcalde de Barcelona y lo primero que hice por no ser dependiente fue cuadrar los números, no hacer déficit, pagar a todo el mundo a 30 días… El señor Cristóbal Montoro se burlaba: “Mucha independencia, pero aquí a pedir dinerito cada mes”. Se refería a la Generalitat, pero Barcelona no debe ser dependiente ni del Gobierno ni de la Generalitat. Porque si hacemos déficit, la Generalitat nos controlará. Debemos ser capaces de marcar nuestra política como ciudad de Barcelona, teniendo en cuenta que es la capital de Cataluña y debemos ejercer como tal con toda la fuerza que pasa por no ser dependiente.
“Barcelona no debe ser dependiente ni del Gobierno ni de la Generalitat. Debemos ser capaces de marcar nuestra política como ciudad”
La gran decisión
A sus 76 años y en plena jubilación, todo el mundo le hace la misma pregunta a Xavier Trias: ¿volverá a presentarse a la alcaldía de Barcelona? Su respuesta parece improvisada, pero está más que meditada a fuego lento: «Tengo que consultarlo con la familia y el partido». En dos grandes pilares: familia y partido. Preguntamos, repreguntamos, insistimos un poco más y entramos al por menor:
– ¿Será candidato a la alcaldía?
-Todo el mundo me lo pregunta y todavía no está decidido. No hay ninguna prisa por tomar la decisión, aunque no puedo tardar mucho tiempo. Quiero que el partido esté más ordenado y las cosas funcionen como deben funcionar con objetivos muy claros de lo que vamos a hacer.
Hay respuestas que lo dicen todo, sin decir nada.
¿Alguien aún duda?
Que cada uno saque sus conclusiones.
3,2,1… Dentro de vídeo con pregunta y respuesta:
🔺Xavier Trias respon a la pregunta: «Es presentarà a les properes eleccions municipals?», avui a l’#IntermèdiaConfidencial pic.twitter.com/kDFXVi7fuz
— Intermèdia Comunicació (@intermediagdc) November 21, 2022
Trias que se autodefine como socialdemócrata reivindica la necesidad del liderazgo generoso y de no tener ningún tipo de dependencia. No en la dependencia y sí en la mirada larga de Barcelona podría ser uno de sus eslóganes electorales. Una apuesta de futuro que pasa por explicar y proyectar el talento y el conocimiento de Barcelona en el mundo. «No hay progreso social, sin progreso económico», insiste. Eso sí, con la casa capital siempre bien ordenada: “Limpieza, seguridad y civismo”. Su rincón preferido de la ciudad está junto al Turó Parc donde vive con su familia, pero cuando habla no se olvida tampoco del bastión de Nou Barris. «Debemos ser la Barcelona del sí ante el peligro de la Barcelona del no», asegura.
La Barcelona capital
– Como ve ahora mismo la ciudad de Barcelona?
– Todo el mundo protesta. La gente me para por la calle y me dice que me presente porque la ciudad está hecha un desastre y necesita un cambio. Existe la sensación de que la ciudad está sucia. Ada Colau le está intentando limpiar un poco, pero la ciudad está sucia. Existe un problema real de inseguridad y el liderazgo de la ciudad debería estar a favor de poner orden. En la vida dices que eres el mejor y lo acabas siendo, dices que eres un desastre y lo acabas siendo.
– La profecia autocomplida de John Maynard Keynes?
– No es tanto una profecía autocumplida, sino un problema de liderazgo y de tener las ideas claras. Barcelona siempre ha sido una ciudad con fuerte liderazgo y es una pena estar en situación de perderlo.
Barcelona siempre ha sido una ciudad con un lideraje fuerte y es una pena estar en situación de perderlo
– Qué canviaría si volviera a ser alcalde?
– Lo primero es tener un gran equipo y liderazgo. Hacer que las cosas se cumplan y dialogar mucho con la gente. Hay muchas cosas que hacer, pero deben hacerse desde el diálogo. Tú puedes tener una buena idea, pero si la gente la rechaza es mejor que no la hagas. Es una tontería querer hacer algo que la gente no quiere como, por ejemplo, la movilidad. Las supermanzanas no son una idea de Colau, sino que viene de antes. Si haces supermanzanas debe estar con el consenso de la gente que vive allí. No vale intentar hacer las cosas porque tú eres el más listo y así lo has decidido. Hay que hacer caso a los ideólogos de la supermanzana y ellos deben hacerte caso a ti.
– Barcelona no podrá vivir siempre del recuerdo de los Juegos Olímpicos de hace 30 años…
– Barcelona no es capital de un Estado y tiene un problema muy ligado al de Cataluña: un grado de dependencia que genera dificultades para realizar según qué cosas. Barcelona no es capital de un Estado, tiene un grado de dependencia y somos “una comunidad autónoma” dependiente y con mala financiación. La dependencia te impide hacer cosas y debes inventarte constantemente proyectos como los Juegos Olímpicos, el Foro de las Culturas, los Juegos Olímpicos de Invierno o la Copa América que te permitan hacer según qué transformaciones. El éxito de los Juegos Olímpicos es la transformación de la ciudad. El Foro de las culturas no fue bien, pero transformó parte de ciudad. Debemos conseguir una situación en Barcelona y Cataluña disminuyendo el grado de dependencia y poder así hacer cosas sin necesidad de grandes eventos. No estoy en contra de los grandes acontecimientos porque nos ayudan a proyectarnos en el mundo, pero según qué cosas debemos hacerlas igual.
En muchas situaciones, un servidor que se dedica al periodismo y la consultoría de comunicación estratégica tiene la ligera sensación de vivir la política como un mitin discursivo constante de marketing político. Si Trias se presenta será para ganar y gobernar con un esfuerzo de unidad, dice, sabiendo también en todo momento que puede perderse. Como cualquier decisión que uno toma en la vida. «La política tiene riesgos y ejecutar exige complicidad», defiende. Una complicidad siempre implícita a la hora de hacer «un equipo de gente extraordinaria» que recuerda a la famosa fórmula del «Gobierno de los mejores» de Artur Mas, pero en este caso en Barcelona. El partido de la capital catalana está a punto de empezar, sino que ya ha empezado…
Antes, un par de preguntas más:
– Política y sociedad civil van ahora mismo de la mano?
– No, no siempre. En muchas cosas no. La ciudad de Barcelona no puede permitirse que sus políticos estén en contra de lo que ellos mismos dicen que son los poderosos. Es decir, la sociedad civil. ¡Eso es una tontería! Debemos tener una gran colaboración con la sociedad civil, sean los más poderosos o sean las asociaciones más modestas.
Barcelona no puede permitirse que sus políticos estén en contra de lo que ellos mismos dicen que son los poderosos. Es decir, la sociedad civil
– Como le gustaría que le recordasin?
– Esto es muy presuntuoso, pero la obsesión de un alcalde es que la gente viva bien y no haya pobreza. Para que no haya pobreza, sólo existe una solución: crear actividad económica. La gente que no quiere crear actividad económica, propone el decrecimiento y que sepan que eso sí que iba a crear pobreza de verdad.
La sala del hotel ya está a rebosar. ¡Dime la pandilla de gente! Empresarios, directivos, abogados, políticos… Todo preparado para el almuerzo. Es uno de los Intermedia Confidencial con mayor éxito de convocatoria. Todo el mundo espera una respuesta a la gran decisión de Xavier Trias y aunque no lo hace oficial, a medida que avanza el almuerzo parece que la decisión ya está casi tomada. Lo seguro es que ya tiene todo el argumentario preparado para presentarse de nuevo a la alcaldía de Barcelona. Los invitados al almuerzo le aplauden y le animan a hacerlo. «La política tiene riesgos», recuerda pero como a todo buen médico con alma de político sabe que el riesgo forma parte de la vida y de la salud democrática de una ciudad y de un país.