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La incógnita Barcelona

  • 17 May 2018
  • Opinió
per Albert Ortas
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Vivimos tiempos de cambios constantes e inciertos. La variable incertidumbre y el hecho de que todo cambia de un día para otro parece que se ha instalado de manera permanente en nuestra sociedad.

El crecimiento de la economía catalana es un hecho, un 0’8% durante los tres primeros meses del año, la misma tasa de crecimiento que el trimestre anterior. Y un 3’3% en términos interanuales, incluso superior al conjunto de España (0,7%) y de Europa (0,4%).

Se siguen creando nuevos puestos de trabajos pero se instala de forma permanente y preocupante la precariedad laboral en la mayoría de los sectores profesionales. Hay trabajo, pero con unos sueldos y unas remuneraciones muy bajas. Un hecho preocupante tanto por el presente que vivimos como por el futuro que ha de acontecer. Y añadimos que tenemos un sistema de pensiones agotado que ya no garantiza el futuro de los actuales contribuyentes.

Nos hemos acostumbrado a vivir en una incertidumbre permanente. La lucha por el presente. Únicamente nos queda el deseo o la ilusión de que el futuro de todos será mucho mejor. Este es el pensamiento diario del ciudadano normal en una ciudad como Barcelona o de ámbito metropolitano, donde la vida siempre es más cara. Como combatir la precariedad, la necesidad de un salario mínimo de ciudad, el problema de la vivienda, el turismo de masas, etc.

Debates que volverán a estar presente durante los próximos meses. Y es que estamos ya lo que se llama la incógnita Barcelona. Se presenta un próximo año político apasionante en la capital catalana. Todo parece indicar que será el próximo 9 de junio cuando la gente tendrá que decidir su Alcalde para el próximo mandato, probablemente coincidiendo con las elecciones europeas y sin descartar una repetición de las catalanas. Aquello que el Presidente Torra tacha de «provisionalidad».

Se le presenta un reto importante a Barcelona: mantener el cambio que supuso la llegada de Ada Colau o, supuestamente, elegir entre dos bloques hoy totalmente opuestos, independentistas y unionistas. El conflicto político que vivimos lo seguirá contaminando todo. Las variables a tener en cuenta en el futuro inmediato son diversas y complicadas.

Octubre-noviembre llega el juicio sobre la causa general del proceso catalán. Elecciones europeas y posible repetición de las catalanas coincidiendo con las municipales. Y unos partidos estatales, PP y PSOE, compitiendo con Ciudadanos y Podemos para mantener el bipartidismo clásico en España, con un horizonte 2020, año de elecciones generales en España.

El primer round, 9 de junio de 2019. La incógnita Barcelona está servida. Nombres ya no faltan para competir con Ada Colau, tanto desde las estructuras tradicionales de los partidos así como desde la sociedad civil de la ciudad. Manel Valls, Jordi Graupera, Alfred Bosch, Neus Munté, Ferran Mascarell … Partidos, plataformas y organizaciones varias de la ciudad ya hace días que alargan las sobremesas discutiendo quién será o quién puede ocupar este cargo tan preciado en Barcelona.

Y ante la incógnita, seamos positivos… al menos ya se habla de Barcelona! Esta vez la ciudad también tendrá que debatir, plantear y aflorar los problemas y los retos de futuro que nos afectan. Más que nunca.

Pese vivimos momentos difíciles y complicados en la política, en Barcelona hoy se busca un buen liderazgo público, una pieza básica para la gestión del día a día y el futuro. La ciudad pide construir un nuevo proyecto, poniendo en valor lo viejo y lo nuevo, los logros alcanzados y los retos de futuro. En beneficio de un progreso económico y social que se redistribuya para todos.

Y, además, si todo esto es capaz de conjugar y trabajarlo en colaboración con el sector privado y la sociedad civil barcelonesa, pues mucho mejor.