«Cada vez que hablo de mi vida interior, mi madre me lleva la escoba y me dice que barra de una puñetera vez». Esta frase, oída en boca de un pintor poco conocido en un programa de recurso de TV3 durante el día de la huelga, me ha hecho pensar un poco, hasta que he encontrado cierta analogía con otras frases, que van desde la clásica «Primum vivere, deinde philosofare» hasta la más vulgar de «quien no tiene trabajo el gato peina».
Todo ello bien a cuento de una pequeña polémica de carácter existencialista y recurrente, que ha vuelto a saltar al escenario en dos versiones, una digital y otra presencial. La presencial, paradojas del destino, surgió en un desayuno de DIR COM Cataluña con el director de Economía Digital, Xavier Salvador.
La digital saltó a twitter a raíz de un artículo de prensa titulado «perder el tiempo con los cazadores de notoriedad» del redactor jefe de Expansion en Cataluña, Sergi Saborit. Salvador y Saborit, dos buenos referentes profesionales, con los que no siempre hay que estar de acuerdo, pero que siempre vale la pena seguir.
Cuestionó el amigo Salvador, entre otras cosas, la condición de periodista y la quiso diferenciar de otras condiciones profesionales, como la de propagandista, pongamos por caso. Escribió el amigo Saborit que está hasta el alto de ir a ruedas de prensa donde hay más jamón serrano que no información utilizable. Y creo que ambos tienen razón.
Yo, personalmente, soy periodista porque tengo el título, porque mi sentido de la justicia redistributiva hace que sea miembro del Colegio de Periodistas y, básicamente, porque me apetece considerarse me. Y punto. Seguramente soy muchas más cosas, pero creo que ser periodista es como ser cura: se es para toda la vida. Los hay de virtuosos, hay pecadores, pero en definitiva, de propagandistas también los hay buenos y malos y también trabajan en todas partes: medios de comunicación, agencias de comunicación, digitales …
Quejó el amigo Saborit de las convocatorias de prensa con más pan que queso, o-en sus palabras-con más jamón serrano que información publicable. También tiene razón. Hay gente que todavía no ha entendido que las ruedas de prensa no son un acto social sino una herramienta de comunicación, y que si no hay nada que comunicar, mejor no hacerlas, como también es verdad que los periodistas somos unos profesionales que estamos obligados a comer grandes cantidades de caviar para poder llevar a casa los garbanzos de cada día.
Pero, dicho esto, me parece que el gran debate no es ese. Leo antes de escribir este post que el mes de febrero la publicidad ha caído un promedio del 20% en la prensa diaria. Leo también que el diario español de mayor tirada ha descendido un 25% sus ventas del mes de febrero. Me cuentan que los eros van que vuelan, que los diarios «regionales» también rápidamente a la baja, que la publicidad en internet tampoco sube mucho y que las grandes cabeceras ya no saben qué hacer para «monetizar» su producto.
Me dicen también que la crisis, de hecho, es un cambio de paradigma, que nadie puede hacer previsiones y que las palabras empiezan a estar gastadas.
Hombre, pues a lo mejor que penssésim, ¿no? ¿Dónde está la escoba?