Núria Marín, alcaldesa desde abril de 2008, es una funcionaria (servidora pública) en el mejor sentido de la palabra, que entró a trabajar en el Ayuntamiento de L’Hospitalet en 1985, con 22 años, y fue primera autoridad, por primera vez, en 2008, cuando tenía 45.
Antes de serlo hizo un aprendizaje intenso, como directora del mercado de Santa Eulalia, concejala de Hacienda y de Collblanc- la Torrassa, primera teniente de alcalde y responsable del área de economía y finanzas de la ayuntamiento.
Es una gran usuaria de redes sociales, representa el Ayuntamiento de L’Hospitalet a la Comisión de Nuevas Tecnologías y Sociedad de la Información de la Federación Española de Municipios y Provincias, y es vicepresidenta del Área Metropolitana de Barcelona y de la Federación de Municipios de Cataluña. Se trata de una organización municipalista de entidades locales cercana a los socialistas fundada en 1981 para defender la autonomía de los entes locales. Recordemos que, justo un año antes, Jordi Pujol ganaba las primeras elecciones autonómicas catalanas como cabeza de lista de Convergencia Democrática de Cataluña.
Actualmente, Marín y Hospitalet son la alternativa más potente que tienen Ada Colau y Barcelona al predominio tradicional que la cabeza y casal ha ejercido siempre sobre toda el área metropolitana. Cuando Barcelona rechaza una pista de hielo de Navidad, Hospitalet lo acoge. Cuando un hotel no encuentra solar en Barcelona lo encuentra enseguida en Hospitalet. Cuando los precios de los estudios y las galerías de arte no pueden seguir pagando los alquileres astronómicos de Barcelona, Núria Marín y su equipo les montan un distrito cultural para acogerlos.
Y, sobre todo, cuando John Hoffman, el CEO de la Mobile World Congress, se siente incómodo en Cataluña o en Fira de Barcelona, se Núria Marin y el ayuntamiento de L’Hospitalet los que corren al rescate.
Cuando el tema nacional, Nuria mantiene una posición clara, firme y constructiva. El día 1 de octubre hace defender sus vecinos, enfrentándose a pie de calle con el mando de las fuerzas policiales que los querían golpear. Y hay que destacar que aquella buena gente que quería votar no eran precisamente votantes de la alcaldesa. Y el día 10 de octubre, a las 12:35, hizo un tuit de apoyo en twitter al presidente Puigdemont que decía: «Hoy @KRLS ha hecho un gesto de responsabilidad. Ahora es el momento del diálogo que muchos hemos reclamado».
La primera conclusión pues, sería que Núria Marín no es una persona sectaria, aunque le gusta ser la que cuelga siempre el último cartel. Y en su vida privada es una señora que cocina muy bien, cuida las plantas de la segunda residencia que tiene en Altafulla y viaja siempre que puede, en todas partes del mundo, con sus amigos más fieles y su marido de toda la vida, que es un auténtico profesional del tema.
Diremos por último, que la mejor imagen que la define es un monumento de Arranz Bravo en la rambla de Just Oliveres. Una estatua que se llama «la acogedora», que fue instalada el mismo año que Núria Marín entraba a trabajar en el ayuntamiento, y que se ha convertido en el símbolo de una nueva ciudad metropolitana, que ya no se parece a nada a aquel patio trastero que fue durante todo la época del franquismo.
Adelante Nuria, y muchas gracias por ser y muchas gracias por estar aquí con nosotros.