Dice el diccionario que el diálogo -palabra mágica últimamente muy de moda- es una forma de comunicación mediante la cual dos o más interlocutores intercambian información, alternándose en el papel de emisor y receptor y respetando un riguroso turno de palabras.
La negociación, por su parte, se define como un esfuerzo orientado a resolver un enfrentamiento, mejorar una situación concreta y, en definitiva, generar algún beneficio. Si el beneficio es para una sola parte, se trata de una negociación competitiva, de las que no suelen servir para nada. El Tratado de Versalles de 1919 y su incapacidad de prevenir la Segunda Guerra Mundial constituyen su ejemplo más clásico.
Si, en cambio, la negociación pretende una salida sin perdedores, nos encontramos ante una negociación colaborativa, que, de hecho, es la auténtica negociación, una rara figura que abunda bien poco. En cualquier caso, es indiscutible que sin diálogo, es decir, sin comunicación, no puede haber negociación.
Porque, en realidad, sin comunicación no hay vida civilizada.
Feliz mes de diciembre!