Este año, para conmemorar el 8M, hemos querido pedir a todo el equipo que comparta sus reflexiones sobre esta jornada. Éste es un resumen de las ideas más compartidas.
– Una cierta mirada feminista que se encuentra implícita en la celebración del Día de la Mujer es uno de los elementos vertebradores de una nueva conciencia global que, de la mano también de la defensa del medio ambiente y el ecologismo, tiene el potencial y la capacidad de transformar la sociedad y el mundo en el que vivimos
– Una jornada para recordar que el hecho de haber nacido mujer u hombre no debería impedirnos llegar a nuestras metas, tanto personales como profesionales
– Una jornada para confrontar, de forma tanto festiva como reivindicativa, la desigualdad y discriminación del género femenino, con el propósito de visualizar la lucha constante que todas las mujeres (también muchos hombres) llevamos a cabo día tras día.
– Una jornada de celebración de la igualdad (de oportunidades y también en un sentido amplio) y, por tanto, de la justicia, así como de conciencia colectiva
– Una jornada para recordar en el mundo -pero sobre todo a las mujeres propias- que somos imparables desde un sentimiento de sororidad compartida.
– Una jornada para dejar patente que no debe haber límites autoimpuestos ni techos establecidos que impidan la consecución de cualquier reto personal o profesional por parte de las mujeres.
– Pero también un día ambivalente, porque su mera existencia implica que a pesar de los años de trabajo y lucha, nuestra sociedad todavía no ha tenido éxito en los objetivos que lo definen, por lo que podríamos considerarlo también un síntoma bien evidente de fracaso . colectivo
– Sin embargo, queremos ser positivos con el anhelo de que, en un futuro más cercano que lejano, la plena normalización en todo lo que preocupa los derechos de las mujeres, haga innecesaria la celebración de un Día de la Mujer. Éste debería ser el ideal compartido por mujeres y hombres, ¿no?
