Dicen que el parchís es un juego donde la gente acaba expresando la parte más impresentable de sí misma, pero, en realidad, esto pasa con todo los juegos. «En la mesa y en el juego se conoce al caballero», dice un antiguo dicho castellano.
Ahora, sin embargo, se ha puesto de moda jugar a otras cosas como, por ejemplo, al Twitter. Es fácil: te abres una cuenta, te cuelgas una foto o te escondes detrás de un avatar y ya puedes empezar a decir tonterías, como si fueras un periodista o un tertuliano sectario de toda la vida.